A pesar de que se vio algo de movimiento durante el fin de semana largo del 9 de Julio, hay quejas de la gente sobre: la falta de propuestas para el turismo en los fines de semana en invierno, los precios altos y la falta de apoyo oficial a quienes se esfuerzan para sostener su negocio todo el año.

Recorriendo las calles, hablando con los comerciantes y algunos turistas, dpinamar recogió un panorama de lo que fue otro de los fines de semana largos de invierno. El discurso de trabajar para "quebrar la estacionalidad" solo queda en eso: palabras muy lejos de los hechos.
 
Según los datos ofrecidos por los propios comerciantes, la hotelería tuvo un promedio de ocupación del 25% en general, con valores más altos en los casos que ofrecen el servicio de SPA o pileta cubierta.
Los negocios del centro (Bunge, Libertador, De las Artes) notaron el movimiento de gente fuera de sus locales el día sábado, pero eso no repercutió en las ventas que se mantuvieron casi iguales a un fin de semana común.
Lo mismo en restaurants y cafés, donde se percibió una mínima diferencia sólo el sábado a la noche.
 
Más allá del rubro, el comentario común fue: "Pinamar no ofrece nada en invierno", "La costumbre es trabajar para los momentos en los que seguro viene gente, después no hay nada".
 
La gente está informada, atenta, escucha las propuestas a futuro y empieza a comparar los hechos con las promesas de campaña.
Quienes conocen otros destinos turísticos comparan y el resultado los desalienta.
Trabajar para sostener un comercio abierto todo el año es un esfuerzo enorme, muchos de ellos, hasta utilizan el dinero ganado en verano para invertir en los gastos del invierno.
 
Las épocas cambiaron, Pinamar tiene más cantidad de gente viviendo durante el año que necesita trabajo, pero las políticas Turísticas de los últimos años parecen no acompañar el crecimiento.
 
La temporada de verano ya no alcanza, "Sólo dura 1 mes y medio, si no hacen algo para atraer gente en invierno, es muy difícil…" nos decían en una de las inmobiliarias con mas años trabajando en Pinamar.
Semana Santa, vacaciones de invierno y mucho tiempo después el fin de semana largo del 12 de Octubre, es lo que debemos esperar los pinamarenses para trabajar. Fuera de eso, "pasar el invierno".
 
Hay coincidentes síntomas en la gente que trabaja todo el año en Pinamar, se sienten desalentados, decepcionados y varios elevan enojados el tono de voz cuando cuentan lo que ven y sienten.
Invierten tiempo y dinero en mejorar su servicios, y no se sienten apoyados en esto desde el gobierno municipal.
El apoyo que esperan no es económico, quieren ver a los funcionarios "hacer", esperan recibir un llamado pidiendo opiniones, ver que sus propuestas sean aceptadas, percibir que pueden hacer criticas… quieren ser escuchados.
 
"Es lo mismo de siempre, gestionan para el verano y después no hacen nada, no les importa. Te llaman a veces para preguntarte la ocupación que tuviste y nada más."
 
Este fin de semana largo se pasó por alto como si no existiera, sabiendo que en breve vendrán las vacaciones de invierno. Días en que seguramente mucha gente, por costumbre, elegirá Pinamar para su descanso.
 
Cómo es posible "quebrar la estacionalidad" si todos los eventos se programan para las temporadas en las que la gente viene sola?
 
"Si hay un plan de turismo, no se ve, nadie comunica qué se esta haciendo, por ahí escuchas en la radio que hablan sobre reuniones, reuniones y más reuniones. No digo que no sean útiles las reuniones con embajadas por ejemplo, pero lo que no se ve es propuestas para estos meses. Por qué planifican eventos para el mes de septiembre si en junio es cuando viene nada de gente?"comentó un comerciante hotelero-gastronómico -.
 
"La gente viene porque es de venir, muchos son propietarios no residentes. Pero no hay cine, no hubo teatro, no hay opciones atractivas" decía el encargado de un bar céntrico de nuestra ciudad.
 
De parte de los visitantes el descontento es respecto a los precios en general, son caros. Según lo consultado los precios de verano se mantienen durante todo el año y no hay ofertas que tienten a la gente que podría pensar en venir un fin de semana.
 
De igual modo que los residentes de todo el año, ellos notan que "No hay nada para hacer, disfrutamos del lugar tranquilo, pero no paseamos casi nada... vimos pocos negocios abiertos y precios muy altos." - nos contaban dos turistas mientras cargaban sus cosas en el auto -.

Y así es, parece que nada puede cambiar siquiera al menos la expectativa. "...hace tiempo que es así, no es de esta gestión, pero pensábamos que tal vez esta vez… y no. No se para qué quieren ocupar un sillón, yo no digo que sea fácil, pero si vez que no viene nadie… al menos mostrá que haces algo creíble, hablá con la gente si no se te ocurren cosas… si no vino nadie el día del padre, que hiciste para el 9 de julio? Sólo hablaste de las vacaciones, ahí ya viene la gente!… saltean los fines de semana como si no fuera algo de lo que se tienen que ocupar, no había nada para la gente!...qué les pasa, no salen a la calle?"

Oficialmente sólo hay silencio frente a los reclamos. Reclamos que se repiten, que parten de la realidad de los mismos comerciantes, y que pudimos documentar sencillamente recorriendo las calles.
También vimos gestos de resignación.
Habrá que resignarse?

Elizabeth Ocaño - Roberto Bohmer - Redacción dpinamar.com.ar
Lunes, 12 de Julio de 2010

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