
Esta es una imagen impactante de destrucción, y aun asà no alcanza a reflejar la destrucción de almas, familias, momentos de vida y afectos.
No existe ninguna razón para esto, NINGUNA.
Pude pensarse que es irracional lo que sucedió, y no es verdad, hubo muchos momentos, mucha gente, muchas fallas y muchos seres humanos que intervinieron en esto.
Y sobre todo, hay hoy muchos que no están, muchos que sufren por algo que no sirvió para nada, ningún fin se obtuvo, ningún fin lo justificó... ni lo justificará jamás.
Este no es un problema de los judÃos, ni de los extremistas, es un problema de los humanos.
Ojalá no suceda nunca mas, en ningún lugar del mundo, en ningún pueblo, en contra de ningún ser humano.
Ni ésta ni ninguna forma de violencia.
Tratemos de hacerlo.
Para recordar y para quienes no lo saben: El 18 de julio de 1994 una gran explosión sacudió el centro de Buenos Aires, destruyendo el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina, institución judÃa dedicada a la asistencia social y a la cultura.
Fue el peor ataque terrorista que haya sufrido el paÃs.
Dejó como saldo 85 muertos, más de 300 heridos y millones de personas angustiadas, tristes e impotentes.
El atentado está impune, sus autores siguen libres…
Redacción dpinamar.com.ar
Sábado, 18 Julio 2009
Nota de la redacción: elaboramos esta frases con dolor, no somos judÃos, ni tenÃamos conocidos allÃ. Solo somos, simplemente, seres humanos.
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