Paola Ippolito, escritora premiada

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Paola Ippolito, escritora residente en Pinamar, premiada en el concurso "Gaviota de Oro Literaria" de la ciudad de Mar del Plata.

"Artista multifacética, inquieta, en la búsqueda permanente de emociones intensas . Provocadora, desafío al silencio a inundar de palabras los vacíos!" Así se define Paola Ippolito

Nació en Capital Federal y se radicó en Pinamar en el año 1992, su acercamiento con la literatura comienza desde muy chica, cuando con seis años jugaba a narrar cuentos inventados.
Años mas tarde se inicio en la escritura de cuentos infantiles, poesía y ficción.

Publicó sus trabajos en mas de 20 antologías conjuntas, en enero de este año la edición digital del diario La Nación difundió la poesía que Paola dedico al fotógrafo José Luis Cabezas "La lente herida" pocos días antes de que se cumplieran 12 años del asesinato del periodista.

Ha sido recientemente premiada por tres de sus obras en el concurso "Gaviota de Oro Literaria" de la ciudad de Mar del Plata, un evento declarado de interés Cultural, realizado en las instalaciones del Centro Cultural Municipal “Osvaldo Soriano”.

En este primer certamen literario participaron poetas y escritores de todo el país presentando trabajos de los Géneros: Poesía y Narrativa.

Obtuvo tres premios:
Primer premio en Poesía. “A INGRID BETANCOURT”.
Segunda mención de honor, En Poesía. “A LA INTEMPERIE”.
Merecedora de integrar la “Antología”. “UNA MIRADA SECULAR Y SABIA”.

Compartimos aquí una de sus obras premiadas.

A INGRID BETANCOURT

El peligro latía por sus venas,
Sus miedos desvelaron cada átomo,
no le pudo la lluvia ni el verano.
La intemperie del alma fue un refugio de estrellas.

Se extravió en las miradas de los otros,
ensordeció de pronto, con pólvora zumbando en sus oídos,
calzaba botas de nostalgia
y fumaba el humo del olvido, para no intoxicarse de presente.

Los años fueron ciénagas oscuras
en la cintura audaz de su memoria.
Rezaba plegarias desvestidas de insomnio
con el idioma universal de la vigilia.
El cielo fue su brújula y su invierno.
Firmó pactos de identidad con sus recuerdos
y diálogos enmascarados con su sombra.

Ella llegó hasta el puerto de una ciudad ficticia,
reinventó mariposas en mapas oxidados.
Trascendió la frontera del destino
casi al borde de perderse para siempre.

Supo que renacía y regresaba
y volvió a sonreír en la espesura

PAOLA IPPOLITO