En la presentación de su primer libro, acompañando con una proyección de imágenes con obras de arte de pintores reconocidos universalmente, el Dr. Osvaldo Pamparana fue conduciendo a los presentes por diferentes sensaciones, plasmadas en los gestos, los silencios y las intervenciones del auditorio.

Ante un público atento, el autor propuso un breve y detallado repaso por los 10 capítulos que componen su libro, recientemente editado con una calidad de impresión de excelencia, y con un contenido que no se queda atrás, ya que cuenta con alrededor de 200 imágenes de grandes obras, detalles y bocetos de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarrotti, Rembrandt, Velázquez, Picasso, Goya y Vincent van Gogh, entre otros. Y allí además recopila con rigor científico la relación entre esas magníficas obras de arte y las distintas enfermedades que quedaron evidenciadas por los artistas.

El Dr. Osvaldo Pamparana es Bioquímico, nacido en la provincia de Córdoba y radicado en la ciudad de La Plata desde 1966. Pinamar es también su "lugar en el mundo" a tal punto que él mismo dice ser "pinamarense" y entre sus planes futuros está el de radicarse definitivamente en nuestra ciudad.
Es además escritor, investigador y documentalista, y es en esta última área donde se destacó, entre otros trabajos, por su video documental sobre la obra del pintor Florencio Molina Campos, que expuso en varias oportunidades en distintas ciudades y aquí en Pinamar.

Pamparana, después de varios años, vuelve a estar en contacto con la Biblioteca pinamarense, con la que tuvo la oportunidad de colaborar tiempo atrás. Probablemente es por esto, en conjunción con su amor por lo que hace, que se lo notó tan a gusto en este lugar, comprometiéndose además a seguir conectado y colaborando con las actividades culturales en nuestras tierras.
 
El libro que nos presentó en esta oportunidad, La Medicina y el Arte, es el resultado de una ardua investigación, y es en sí mismo una verdadera obra de arte, un placer para los sentidos, y está lleno de sorpresas…

En su exposición, Pamparana fue mostrándonos la síntesis de cada capítulo, uno a uno, con ejemplos que provocaron murmullos de asombro en el auditorio. Es que esta relación entre el arte y la medicina estaba a la vista de todos, pero nadie la había descubierto de esta manera, ni expresado con tamaña recopilación de imágenes y rigor científico.
 
Desde su introducción el autor hace un repaso por los comienzos de la medicina, desde su dios griego Asclepio (Esculapio para los romanos) y los aportes de Hipócrates y Galeno, ambos referentes indiscutidos de los primeros tiempos de la medicina, cuyo legado fundamental aún hoy es materia de estudio.

El primer capitulo recorre los más destacados anatomistas que retratan esta ciencia, como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Rafael, evidenciando en sus obras no sólo la perfección, sino también el conocimiento en detalle que tenían estos artistas sobre el cuerpo humano .
Allí puede verse, entre otras cosas, curiosas situaciones en las pinturas de las disecciones públicas de cadáveres realizadas en las denominadas "lecciones de anatomía" de la época.
 
En los capítulos 2 y 3 Pamparana incursiona en las patologías endocrinas (glándulas, hormonas), haciendo un exhaustivo estudio de la infanta Margarita, quien padecía de enanismo, en el cuadro "Las Meninas" de Velázquez, mostrando una escena de curación íntimamente guardada.
También trata en este capitulo el caso del enano más famoso de la historia del arte, Touluse Loutrec y da ejemplos de la enfermedad conocida como "síndrome del hombre lobo", entre otras.
 
Las patologías visuales fueron las que más condicionaron las creaciones pictóricas, a estas enfermedades el autor dedicó el 4º capítulo.
En su investigación, Pamparana muestra que los defectos visuales no sólo están representados cuando los artistas pintan personas ciegas, tuertas o estrábicas, sino que también se notan los defectos de color o las figuras deformadas en los trazos de los pintores.
Cita así el caso de Modigliani con sus mujeres alargadas… o el de Degas, que padecía una degeneración progresiva de la retina. Degas, destacado por sus pinturas de bailarinas perfectamente contorneadas y con marcados detalles, fue cambiando estas particularidades a medida que su enfermedad evolucionó. Hacia el final de sus días, ya con la visión muy borrosa y con problemas para identificar colores, sus pinturas tenían colores fuertes y contornos ausentes.
 
El capítulo dedicado a la odontología fue el que arrebató risas de los presentes: las obras pictóricas muestran extracciones y otras prácticas de modo burlesco y satírico. Es que en aquel entonces no había especialistas, y quienes se ocupaban de la salud dental, eran los barberos o curanderos.
 
Con obras de Massaccio, Ocragna y Querol, entre otros, el autor muestra en el 6º capítulo las obras de arte que representan la lepra, y aquí las imágenes resultan tan crueles como la realidad de aquellos tiempos.
 
También hace un paseo por la obra de Touluse Loutrec, que posee una extensa producción en la que muestra los prostíbulos de París: el capítulo 7 aborda la Sífilis. Otro de los artistas que aquí aparecen es Goya, quién padecía la enfermedad al igual que innumerables personalidades de aquellos tiempos.
 
En el capítulo 8 el autor nos muestra las enfermedades de la piel, incluyendo el análisis del autorretrato de Frida Kalho, abordando varias patologías dermatológicas, muy notorias en las obras de arte de Rubens, Holbein, Ghitlandaio y otros artistas.
 
Con el nombre de Miscelánea, como llama al 9º capitulo, describe algunas otras enfermedades, eligiendo, de manera aislada y puntual, algunos casos. Es así como aborda la enfermedad de Paget, el cáncer de mama, el reuma y muchas otras, destacando en la obra de Boticcelli un "estupendo muestrario de afecciones reumáticas". Se reserva también este capitulo para hacer honor a su profesión, abordando el tema de la bioquímica y la farmacia.
 
Y finalmente, en el 10º capitulo, Pamparana estudia las enfermedades del alma, por ejemplo: la melancolía. Miguel Angel, autodefinido un melancólico, pintó un autorretrato que muestra la existencia de esta dolencia que lo acompañó toda la vida. Como en los anteriores casos, éste es sólo uno de los ejemplos que podrán encontrarse en el libro.
 
Esta obra de Pamparana resulta una conjunción de medicina y arte que no pretende ser una clase de ninguna de las dos, aunque enseña y sorprende. Y para que las coincidencias no resulten caprichos o producto de la fantasía del autor, las ejemplificaciones están acompañadas de argumentos devenidos de años de investigación.
 
Las más de 200 láminas y detalles de obras que lo ilustran son un muy buen acompañamiento, es un libro notable, de fácil lectura y cuando llegamos al final, uno se queda con ganas de más...

Eso mismo sucedió la noche del sábado en la Biblioteca Manuel Belgrano de Pinamar en el Ciclo Pinamar en la Literatura que conduce Luis María Aller Atucha, cuando el Dr. Pamparana nos regaló el recorrido por su primer libro "La Medicina y el Arte" - La enfermedad a través de la pintura -, que seguramente habrá sido un gran primer paso de una serie de sólidos e interesantes trabajos, como ya se caracteriza la impronta de su autor plasmada en variadas temáticas documentales.

Puede verse más información e imágenes en el sitio web: La Medicina y el Arte.

Elizabeth Ocaño - Roberto Bohmer - Redacción dpinamar.com.ar
Martes, 25 de Mayo de 2010

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